El pasado martes 7 de marzo se publicó en El Mercurio una pequeña noticia que indicaba que en Inglaterra se estaba comenzando a discutir el uso de zapatos con taco en el trabajo. La publicación indicaba que Diputados de la Cámara de los Comunes analizaron una petición ciudadana con más de 150 mil firmas que reclamaban en contra de que las mujeres sean obligadas a hacer uso de estos zapatos.
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| Nicola Thorp, recepcionista |
Caroline Dinenage, secretaria de Estado para la Mujer y la Igualdad, llamó a apropiarse de esta queja puesto que la obligación era sexista y desfasada. Todo esto en el marco de un caso en el que la recepcionista Nicola Thorp no fuera admitida a trabajar por calzar zapatos planos.
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El mundo no
puede ser informal, el mundo tiene que tener límites y pautas para saber
respetar a los otros. El caso que estamos presentando que apareció en
el Mercurio es el típico caso de un trabajador que no leyó bien las
políticas de vestimenta o etiqueta de su empresa. Ese trabajador tiene que entender que el cliente es el que contrata los servicios de la
empresa en donde él trabaja pero que el cliente es un consumidor de imagen. ¿De
qué imagen? De la imagen que entrega la empresa.
Es el cliente el que paga el
servicio y el costo monetario con el que se cancelan los sueldos y los costos fijos
donde esa señorita está trabajando. Si la empresa no le hubiese exigido desde un principio determinada vestimenta, ella podría vestir como quisiera. Cada empresa tiene un código que seguir, una imagen que mostrar al mundo y un contexto que respetar.
Por ejemplo, este año algunos colegios en Arica permitieron a sus alumnos asistir con shorts a clases durante los meses calurosos. La reforma atrajo a algunos pero también distranció a otros puesto que el colegio es una instancia formal. No es llegar y cambiar las reglas del juego. La recepcionista debe cumplir con su vestimenta porque esta representa toda una cultura organizacional que está formada por valores, formas de ser, la esencia misma de la empresa. Entendemos que no fue un capricho de la trabajadora el ir con zapatos planos pero podría haber hablado con el asistente de recursos humanos para evitar problemas. ProtocoloChile no está en acuerdo con que todo el mundo se vista de manera uniforme. Cada empresa tiene su perfil e identidad. Se aconseja leer bien la cartilla que la empresa exigirá.
